A propósito del artículo de Milko
Torres publicado en el diario La República.
Con este escrito pretendo
despertar el ánimo por una discusión más
amplia sobre estos temas que involucran a la escena subterránea
arequipeña y lo hago a partir de una mirada retrospectiva.
El primer encuentro entre la
movida subte y la ideología (en Arequipa) lo encuentro después de la disolución
de Féretro. Curiosamente de las entrañas de esta banda con mensaje necrofílico,
surgen NN y Acción Violenta, dos grupos que cultivaron la altisonancia contestataria.
Posteriormente emergen Conflicto Interno y Grito de Miseria, esta última banda
con un reconocible activismo plasmado en paskines y participación organizada.
Eran épocas de una guerra
declarada entre Sendero Luminoso y el estado y en las universidades, el
apoliticismo, el individualismo y el desinterés por la sociedad, empezaban a
constituirse en una cátedra, con la clara intención de asfixiar a los
movimientos políticos ahí existentes. Pero aún más, la intimidación, la
persecución, la tortura y el asesinato
se constituían en las armas más poderosas con las que el fujimorismo pretendía
desaparecer cualquier signo de crítica y oposición a su podrida práctica
política.
Si inicialmente el Punk y el Hard
Core en Arequipa, estuvieron fuertemente comprometidos con lo ideológico, los años
90 finalizan con la hegemonía de su desideologización. Bandas como Los
Flechados, Riel IV, Discrepunkcia, K. WI. D. demostraron su vocación por los asuntos
cotidianos y los dilemas existenciales. Luego surgirían muchas más bandas con
este corte, consolidando una escena propia.Y en las universidades la política
se hizo tan estúpida e insustancial, se hizo vocación de oportunistas que solo buscaban
hacer negocios o ganarse un empleo.
Sin embargo a partir del 2004 y
contra todo pronóstico, emergen una serie colectivos de acción contracultural, tales
como Manuel Gonzales Prada, Roja Libertad, Amor y Odio, entre otros; constituyendo
un circuito con claras simpatías por lo ideológico, desarrollando actividades
diversas (conciertos, conversatorios, protestas, proyección de videos, etc.). Surgen bandas
como; Avorto Estatal, Hestado de Koma, Dezercion, Kabezas Rotas… Sin embargo y
por alguna razón, ese ímpetu y apetito por lo ideológico fue decayendo y hoy asistimos a un nuevo repunte del alpinchismo escénico. El Wecco se ha
convertido en el santuario de ese desasosiego por la crítica social. Ni
siquiera las bandas que se presentan en el lugar reciben todo el respaldo del
público, excepto cuando tocan covers.
Frente a esta situación, el Peligro
Subte seguirá siendo un rincón de resistencia, en el que se deja en claro que
el punk es también contestación.
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